Ruidoso berrinche
del silencio agobiado
es rutina que clama ser escuchada,
Fruslerías que se visten y emperejilan
para ser amadas,
Son relojes que cuestionan sus minutos,
cielo insaciable de eufemismos disfrazados de inquietas verdades;
Es el pensamiento el que me persigue
para alcanzarme y huir a la velocidad de mis latidos.
No son más que la sal de un mar inmenso
que avivo su oleaje,
Es uniformidad que craquela
Y construye y destruye
Silencia y canta,
Es paradoja incompleta
que ni yo que la escribo entiendo,
Es frío que congela estas ideas,
Pensamientos que lloran por no tener
tinta que las vea nacer...
© Carlos Bastías Cid. Todos los derechos reservados.