Cómo hablarle de amor
a quien no lo conoce.
Cómo decirle de mi amor
a quien me he enamorado.
Como te digo que te quiero
si tú quieres a otro,
más grande, más sublime,
menos irascible, misericordioso.
Si la noche y el día me pidieran
cuentas sobre cuánto te he pensado,
iría al infierno, porque en él,
muchas veces por tu causa, no lo hago.
No conozco la métrica,
ni cómo escribir poesía.
Pero conozco la comisura de tus labios
al decirme “Buenos días”.
Tu sonrisa, aquel hermoso veneno
quizá peque por pensar en tu amor
cuando no debo, pues
frente a tu gran amor estoy de nuevo.
Aunque a veces da igual,
y a ti te da igual,
te he dicho que te quiero,
y a ti te dio igual.
Me viste a los ojos, a mis ojos
―ebrios por el alcohol de aquel día—,
Me sonreíste, llamándome tonto,
y te fuiste, cerrando mi esperanza.
Aquel día en aquel se profesó
tú me viste y te vi.
fui para mí el más bello momento,
y, a ti… a ti te dio igual.
Veo tu fotografía y veo tu sonrisa
y me enamora, me pierdo en el deseo
de nadar entre ellos, en las comisuras
de tus labios, porque creo, te quiero.
Quizá esté loco, y quizá sí,
pero… no importa,
la locura algunas veces
logra hacer bien al alma empedernida.
Quizá me duela tu indiferencia,
pero me duele aún más
el silencio de aquel que,
dice amarme.
Cuántas veces le pedido
como aquel: ¡quitadme esto!
y entre sollozos su silencio
me ha consternado.
Y se lo he dicho también,
a su madre y parece
que viene de familia,
hace lo mismo.
Sin embargo, amor mío,
reconoce el alma mía
la necesidad que tengo de aquel
a quien tu amas, y me ama.
No le culpo a él por quererte tanto,
porqué a él también quiero amarle,
sin embargo, en la noche más oscura
el deplorable enemigo, se ensaña en confundirnos.
Mi amor por ti, entiendo entonces,
no es puro, es como el de un padre
y su hijo.
Y a tu edad y a la mía,
a mi posición y a la tuya,
esto nos es más que,
un simple y vociferante
murmullo en el pecho.
El tiempo pasa, y sé que la muerte,
tal como el olvido, es inevitable,
pero… te ruego, al menos
por tu vida y mi muerte, que, si tu no me amas,
¿al menos fingirás quererme?