La soledad es mi compañera,
mi única verdadera amiga;
me acompaña en los insomnios
y sigue mis pasos durante el día.
Ella enfrenta conmigo mis demonios
y llora conmigo mi dolor,
entiende de toda mi cobardía,
deshoja mi alma como una flor.
Durmió siempre a mi lado
abrazó cada parte de mi ser,
sujetó siempre mi mano
en cada herida que me dió el querer.
De niños jugamos juntos
al juego de soñar diferente,
me enseño a ser valiente, y
a vivir dentro de mi cabeza.
Me dió siempre la certeza
de que nadie pensaría igual a mi.
Jamás pensé que la encontraría
reposando sobre tus ojos,
sentirla en tus caricias
ni saborearla en en tus labios rojos.
Una soledad vive conmigo,
planea por nosotros nuestro futuro.
Hace mis días monótonos,
tiñe mi corazón de un tono oscuro,
sin pálpitos, ya ha endurecido.
No hace falta que te marches
porque yo ya me he ido.