Tal vez me arrebataron el talento
pero nadie me quita el entusiasmo,
y reiterando lo poco que plasmo
¿Saben quién gana al terminar el cuento?
Puede ser que robé mi propio acento
con pinceladas duras de sarcasmo,
no obstante si les regalé un espasmo
a quien de verdad está y lee atento.
Puede que rime mi angustia y tu calma
escenificado a un gorrión que trina
llorando que no puede abrir tu palma.
Y tal vez yo no sea de vitrina
más mi soneto desahogó mi alma
y tal vez adornará alguna esquina.