Anaris

LA LÁGRIMA

Esa lágrima
que de tus ojos pende,
es sufrida y sincera
a Dios pido clemencia,
para hacerla mía
y besar su pena.
Es una lágrima ingenua,
caudal de mesura
más no fui yo,
quién provocó su venida
Aquel que la deshonro,
no sabía de su candor
ni de su sensible ternura
lejos huyó ladino,
dejándola prendida
temblorosa y afligida.
Valga mi corazón,
para abrazar su desdicha.

 

Ana Barroso Molina