Este caballo
tenía otra vida
en las faldas del cerro
se perdía por días
a veces semanas
en las noches su relincho
era un murmullo
en las praderas resoplaba
veloz alazán nunca resolló
las yeguas le tenían estima
no hacía aspavientos
de noche se transformaba
algo veía en las estrellas
pasando a ser un potro
salvaje, intratable, seductor
todas las potrancas
manifestaban
era un juego perverso
a galope...