Es tiempo de reconciliarnos con Dios, con nosotros mismos,
con la vida, con el prójimo, con la naturaleza.
Portémonos corréctamante de verdad que no duele, que no es tan difícil
y que no es imposible, solo un poco de voluntad.
Y lo principal tener a Dios en su corazón, es la ayuda principal
con que vamos a contar y saber que vamos a contar siempre
con su amor y comprensión, que será esencial para nosotros en nuestras vidas.