Que cada día es un don...
no cabe la menor duda,
y si el sino nos ayuda
mañana habrá otro alegrón.
Nosotros no decidimos
el estar en este plano,
por eso es que festejamos
cada día que vivimos.
Aleluya por la vida
que nos están obsequiando,
que viene del Padre Santo
o quien sea que decida.
Celebremos la conquista
de seguir en este mundo,
pues no somos trotamundos
... menos aún pesimistas.
Somos almas en victoria
con orgullo de estar vivos,
mantengámonos altivos
para conquistar la gloria.
Jorge Horacio Richino
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