Leonardo E. Arteaga Ibarra

La tarde que llega tarde

Mi sueño se oculta entre verdes arbustos.

Yo camino y corro dormido

y me refugio entre troncos robustos.

Pasa la tarde, no me he ido,

la espero quieto entre gente y ruido.

La flor aparece y mi alma danza,

ya no me importa la tardanza.

Me siento a gusto, desaparece el disgusto,

amanece el día con su blanca sandía.

Sopla la brisa en su pelo castaño,

los meses me han dado lo mejor del año;

Sus ojos, su risa, el color violeta

y esa hermosa forma en que hace su coleta.

Sus historias de amor, sus problemas,

cuando estoy con ella no importan los demás.

Con ella la tarde siempre llega tarde,

pero no importa que sea tarde

mi corazón por ella arde

¡Gracias por esta tarde!