Cuán hermosa eres, amada mía.
Cuán hermosa eres.
Tus ojos son como palomas detrás de tu velo; tu cabellera, como rebaño de cabras que descienden del monte
Tus dientes son como rebaño de ovejas trasquiladas que suben del lavadero, todas tienen mellizas, y ninguna de ellas ha perdido su cría.
Tus labios son como hilo de escarlata, y tu boca, encantadora.
Tus mejillas, como mitades de granada detrás de tu velo. Haciendo delinear tu hermoso cuello
Tu cuello, como una torre edificada con hileras de piedras; miles de escudos cuelgan de ella
Tus dos pechos, como dos crías mellizas de gacela, que pacen entre lirios. Hasta que sople la brisa del día y el sol ilumine con su brillo
Toda tú eres hermosa, amada mía, y no hay defecto en ti.
Ven conmigo esposa mía, ven conmigo amada
Ensendamos la llama
Muero de amor por ty