Las flores esparcidas en el tiempo
Adornando el largo camino de los recuerdos
Donde perseguimos el amor por siempre esquivo
Distraído, ausente de nuestras manos
Me miro, recurrente a tu lado
Pero ajeno a tu latido y a tu palma de caricias
Como si flores blancas y doradas colgaran en la pared
Matiz de pasión y calma, lejos del verdor y el aroma
No puedes mover el tiempo,
no puedes cambiar el pasado
Debes aprender a mirarlo, sin la ponzoña del olvido
Recorrer de nuevo el camino
Apartando las cenizas y las flores muertas
Hay tanto polvo de la huida, oscureciendo la mirada
Hay tantas espinas en el tallo de la rosa
Pero aún sopla el viento de la tarde, refrescando las pisadas
Aún queda camino
Aún quedan flores blancas y doradas
Dejaré lo acumulado, a la vera, en la calzada
Para vestirme de aroma, para saciar la mirada
Para extender mi mano hidalga,
Y llegar donde te encuentres, Amada