¿Porque en el sendero se resbala
escapando de sus manos el cuaderno...
o su instinto le avisa de una bala,
un grito, un estertor, algún lamento?
¿Será por porque unos niños tienen sed,
y está escondida el agua bajo el suelo,
o porque tras una sucia pared
pasa hambre algún abuelo?
¿Quién sabe, tendrá muchas razones,
algunas simples, otras relevantes?
¡Pero ... ya no palpitan los corazones!
y aquel poeta sigue en su lucha,
mientras la gente corre adelante
y aún sabiendo que nadie escucha.