Los días de octubre ya han empezado y la luna se ha estrellado.
Nocturna estación; flora seca, hoja muerta… quebrada cosecha.
Se nubla la utopía, los meses de otoño se han congelado,
la brisa de verano sopló las velas y apago su mecha.
¿Adiós al violeta? ¿Adiós al morado? ¿Adiós al néctar dorado?
Mi inspiración ha colapsado y la colmena ha sido deshecha.
Fantasía acabada, pasión ahogada, aquí el sueño amado;
regresó la tormenta, el rayo furioso y la perdida flecha.
Para este mes, para estas flores, mil sonetos más compondría
y adornaría con tantas rimas los pétalos del jazmín
que sería la envidia de todas las rosas. Yo te amaría…
Y cerraría todas esas heridas de color carmín.
No sé si les volveré a escribir o si seré dulce sangría,
no sé si las oscuras noches de otoño han llegado a su fin.