¿Recuerdas el amor de esa mujer
con ojos de sol claro y boca lúgubre,
sobre un mar tan profundo como triste?
Las horas te atraviesan con su frío,
sus voces del pasado y viejos sueños.
Mira el país de tu deseo, el esplendor
donde un día te entregaste a sus abrazos,
escucha su latido de alegría,
remota y tan ajena.
De esta imagen
-oh bella reina en un negro Valhalla-,
por la gitana piel con que ella te hería,
vuelves a tu vacío. Nunca imaginas
el triste curso que la vida sigue
cuando un día pasa y, de manera absurda,
los sueños mueren,
se pierde tu recuerdo
como en un tebeo de héroes sin carisma.
Helado su semblante de amazona,
dormida la mirada,
indefinible
tu noche de deleite arrebatado
y oscuro. Matan a Bêlit,
su cuerpo
erguido enfrenta la noche inmortal.