David Arthur

Mi agravio

 

 

Mi agravio

por su codicia y avaricia

acaparó toda la fragancia

de cada mañana de primavera,

cual polvo de anhelo desflorado,

 una traición miserable

 

De tu gratuito cáliz

tu néctar saboreaba,

incluso hasta la borde

del éxtasis disfrutaba,

tu rehén dispuesto a tus órdenes,

servil a tus caprichos licenciosas,

inconsciente de tu infidelidad

 

Demasiado tarde

la sombra de la cola de tu escorpión

se proyectó dudas de tu candor,

mi crédulo corazón envenenaste,

mis sentidos intimidados con malicia,

mis cicatrices en noches nocivos

sangran aún

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La foto de Jérome Coppo