Desde el dia que divisé tu mirada
me hice adicta a tus luceros,
tienen la llama del infierno
donde cada día me quemo.
Me quemo sin temor
Y con toda locura,
tus ojos para mí son un pecado,
estando aquí o en la luna.
A la luna me lleva
el placer de tu mirar,
estremeciendo mi ser
y erizando mi piel.
Mi piel que es tuya
sin la necesidad de tocarme,
con tu ojos más nada necesito
para sentir, una pasión
desbordante.