Gonzalo Ramos Aranda

El Maguey

“En el altiplano es rey . . .”

Hay que gritarlo profundo,
mi México lo dio al mundo,
en náhuatl, metl se llama,
es de agaváceas leal rama.

Por tierras altas y secas
sus energéticas vetas,
feraces fincas de vida,
brota el maguey con medida.

En una fila formado
airoso, presto, educado,
este “cardo” suculento
que crece terco, irredento.

Justo en los surcos del campo
mostrando un hermoso encanto,
va plantado “a pie de gallo”,
“encadenado” sin fallo.

En “maxacle”, linda hilera,
“metepán” o “mecalera”,
se gana su espacio a ley
con majestad como rey.

Escamoles, chinicuiles,
presurosos muy gentiles,
se arrodillan ante sus pies,
súbditos en suelo y mies.

Las pencas verdes se yerguen,
en lontananza se pierden,
rasgan el cielo los picos,
nubes blancas son cobijos.

Maduro de buen crecer
en el centro de su ser
guarda la piña sagrada
por natura consagrada.

Su guardián el jimador,
“tlachiquero” catador
del néctar rico aguamiel,
máximo orgullo de Mayahuel.

Que brinda el pulque bendito,
beberlo, yo, necesito
en un “tornillo”, una “xoma”,
la felicidad asoma.

Sus hojas fuertes carnosas
son forraje y otras cosas,
con las fibras más textiles
se elaboran los “huipiles”.

Cactlis del mejor estilo,
mantas, costales, buen hilo,
cuerdas, agujas, punzones, 
material pa’ construcciones.

Amate, papel pergamino,
los Códices Mendocino,
Matrícula de Tributos,
nos narran sus atributos.

En rituales, sacrificios,
hay muchos datos, indicios,
describiéndolas grandiosas
curativas, poderosas.

Registran sendos anales
portentos medicinales
contra la tuberculosis,
el reumatismo, fiel dosis.

De jugo con miel, melaza,
bien preparado en la casa
jarabe, alcohol y vinagre,
que tal planta se consagre.

Moctezuma, sus jardines,
parcelas, otros confines,
adornaba con magueyes
por ser símbolo de reyes.

Que la cultura se inculque,
el maguey no solo es pulque,
pues, tiene mil propiedades
grandiosas, no nimiedades.

Que la historia, al fin, persista,
fue factor en la conquista
de México por España,
es “pita” de mil hazañas.

Testigo del mestizaje
adorna, chulo, el paisaje
con púas, penas, sin desliz
vio cambiar nuestro país.

Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda.                         
Ciudad de México, a 12 de octubre del 2020
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