Solo basta una mirada parecida,
o tal vez una palabra pronunciada;
solo basta tu más suave fragancia,
para encender en mi alma llamaradas.
Solo basta ese lugar que visitamos,
o tal vez el silencio más rotundo;
solo basta, aquel sabor a suave menta,
para estimular mis sentidos más profundos.
Solo basta el recuerdo de los besos,
o tal vez tu grito contenido;
solo basta el brillo de tus ojos,
para pensar en tu cuerpo humedecido.
Solo basta el vibrar de tus caderas,
o tal vez tus manos en mi cuerpo;
solo basta un segundo de inocencia;
y revivir lo que nunca se habrá muerto.
Solo basta que me pienses como pienso;
o tal vez que te atrevas a llamarme,
solo basta que las máscaras se caigan;
para amarnos cara a cara como antes.