Ardego

habana

Adornado de corales y halagado con canciones

El malecón imponente rechaza cada mañana,

Olas furiosas de celos por nunca besar su suelo,

Para correr por sus calles y reflejar en su cielo,

El Arco iris de puertas y terrazas de la habana.

 

De tabaco, de canciones, de bohemios y mulatas,

De un siglo XX que apenas pareciera florecer,

Adornada con palmeras y arrullada con sonrisas,

Se inspiraron en tus sones y tu encanto al escribir

Hemingway, García Márquez y el propio José Martí.

 

De la rumba en Varadero en la calle sesenta y dos,

Donde locales y ajenos se alinean al mismo son,

Bajo una lluvia cuajada de playas arena y sal

Se extiende la línea blanca de piñas y palma real

Hasta el Cristo de la Habana que vigila al malecón.

 

Habana de libros viejos que hueles a historia y ron

Refugio de los bohemios que se pierden en tu olor

He de volver a tus noches y al fresco de tus mañanas,

La bodeguita del medio, la antigua plaza de armas,

El túnel de los deseos y el grandioso Tropicana.

 

                           Ardego2015–octubre 21