No hables,
no digas nada.
Háblame de ti,
cuéntame
que sientes,
que piensas
y hazlo así,
con tus manos,
con tus ojos.
Para que sienta
tu calor y suspiros,
mientras mis besos
vuelan en tus sueños.
No hables,
no digas nada
y ámame ahora,
que se escapa la vida.