Se está yendo ...
despacito, lentamente,
ya la siento muy cansada
caminando a mis espaldas
y sin ruido en las pisadas,
o la veo afirmada en la ventana,
su silueta apenas surge
entre la bruma, apagada,
sin moverse, desganada,
como una niña taimada.
Ocasiones hay también
en que se inunda sin motivo
con tremendas carcajadas ...
o arremete con el llanto en su mirada,
y patea, se queja y se desgarra;
yo la observo dulcemente
sin decir ni una palabra
¿para qué? si ya no entiende,
ella ha vuelto hace tiempo
a ese mundo de su infancia.
Allí habita nuevamente
en el pasado, con juguetes ...
con amigos sepultados,
la realidad no la asimila,
ni a los seres que ha engendrado,
no reconoce ya a su hija
ni agradece los cuidados,
ese esmero que le brindan,
solo chilla y forcejéa
con cerraduras y candados.
Muchas veces la han traído
las vecinas de algún lado,
cuando escapa silenciosa
por las calles de su barrio,
ella les ruega que la dejen
en un bus que ha mencionado,
y se pone muy graciosa
con la gente que ha encontrado:
dice que va donde su amiga
que siempre se han visitado.
Pero hoy día, la he notado
cabizbaja, pensativa, siempre absorta
la mirada, con mucho agrado
ella camina hacia la cama bien resuelta
y en forma urgente se ha acostado,
en el lecho, no es un cuerpo
¿es mi madre ese bulto acurrucado?¿
es un despojo? solo apaga su mirada
se supone que allí duerme, no se escucha
que respire ... ¡ya es la nada!
(Chofa)