Suscita tu mirada
un instantáneo reflejo,
es ámbar a la luz,
es líquida, cálida;
me lleva y me tiene
embelesado no se en dónde.
son dos fondos trasminados,
detrás del alma muestra,
redondos como luceros,
¡Ah! como los quiero.
¡Ay! de mí, en pos de una respuesta,
como niño a su madre te persigo
buscando las luces de mi anhelo
que me llenan si las contemplo.
¡Oh sí!, tu forma de mirar,
que me conduce y seduce,
sin explicar lo expreso todo
¡quedo expuesto!.
¡Ay alma mía! tienes vida
si me expresan, si se posan,
en mí, solo un solo segundo,
entonces creo en Dios
y así puedo sentir sus paraísos
se detiene el tiempo y no corrompe,
eterno seria, si para siempre observaría,
tus lindos ojos: tu mirada amada mía. Fin.
Lic. Jesús Isaias gonzalez arroyo.