¿Qué son esos cuchillos que se clavan
en mis ojos, sino haces de neón
que abruman palpitantes mi visión
y a los iris vidriosos los socavan?
¿Y esos flases de color, que depravan
el latir pasional del corazón,
resplandores que nublan la razón
cegando los ensueños que la gravan?
Son tétricos reflejos de la noche,
deslumbrantes iconos del derroche,
los arpegios de espectros del amor.
El filo de puñales luminosos,
de melifluos burdeles del dolor,
donde alegres pernoctan los viciosos.