En cuestiones de amor siempre padecí
ya sea porque cedí en fantasía
o porque perdí en alevosía.
En el corazón sufrí y en carne apetecí
a las delicias que, algún día, predecí
que ella daría, que ella accedería
o que me facilitaría por la palabrería.
En el romance nunca decidí,
pero los mejores poemas te di
por analogía y porque te quería.
A mi razón siempre enmudecí,
porque eso frena la poesía
y a la pasión no da ninguna membresía.
Por ella muchas veces me estremecí
y a sus encantos siempre compadecí,
porque su mirada a mi alma hería
y por ella la vida perdería.
Pero entre las canciones confundí
las melodías con lo que aprendí,
escribir más rimas decir más sería.