Queda prohibido dejar de escuchar la sinfonía de tu aliento,
intentar no recorrer el paso de tu tiempo, a pesar del viento y del ocaso,
queda prohibido olvidar tu amor, aunque parezca desamor,
cuando huyendo en cabalgata, tropezó con el hastío y pisó una flor.
Queda prohibido no desear tu boca y tu zona prohibida,
callar mi canto a pesar de no tener mi guitarra a cuestas,
permitir pasar al olvido por el umbral del corazón,
seguirle la corriente a la nostalgia a sabiendas que ahí se esconden mis desesperanzas.
Queda prohibido dejar de hacerte vivir en cada verso en desmedida,
dejar de extenderte en los espacios de mi mente,
queda prohibido hablar de despedida o en pretérito imperfecto,
y no tenerte en cuenta cuando expreso lo que siento.
Queda prohibido pasear por la arena sin dibujar tus huellas,
no darse cuenta que una mirada tuya tiene la medida del mar, con todo y su parte honda,
queda prohibido no asumirte como paso inevitable de mi lado habitable,
y no recorrer milímetro a milímetro cada parte de tu piel hermosa, para volverte alcanzable.
Ricardo Felipe
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