A Sara A., con amor y devoción, ahora más que nunca
Ella se cortó las muñecas,
y le sangraban pétalos de rosa,
y la bañera era una crátera de vino,
y en el vino flotaba un libro de poemas.
Yo me lo bebí,
hasta el último verso empapado en su sangre,
y me embriagué de su dolor hasta hacerlo mi poema.
© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.