Hace algún tiempo que me desconecté del mundo
y dejé de pensar.
Dejé de crear y dejé de creer.
El paso de los pies que cruzaban con facilidad
se anclaron a la cama.
Y mis piernas lloran. Lloran mucho.
Difícilmente limpio los ríos de mis ojos que no ríen
y reclaman letra.
Letra que hace meses no plasmo.
Y que quedó como costra
en las axilas,
en las orejas.
Hace meses que no lloro igual
y la garganta ejecutó a la carcajada.
No escribo. Yo no escribo.
Ya no, y no quiero.
Lloro letra,
la puta letra, que no es letra
si no explota
dentro de ganglios,
que vomitan sangre
la sangre que es pasión
y que no se vanalisa
con un lunes de poesía.
No me importa que me escuchen
quiero ser pluma
quiero ser ave.
Y quiero ser agua que no cabe
de la llave
que nunca se cerró.
No pretendo la letra
ni me importa la esencia
no sé ni quién soy,
y los párrafos han estado vacíos
desde 1996.
Hace tiempo que no escribo...