Veo llorar
las rosas en el parque
porque te fuiste.
El viejo tilo,
testigo de tus letras,
está muy triste.
Y yo suspiro.
Me hago mil preguntas.
Tú no respondes.
Me queda el sueño,
vivido en tantos días
entre nosotros.
Es algo hermoso.
Son versos y susurros
para un poema.
Fuimos los dos
un tanto soñadores
y hasta románticos.
Ahora te vas,
me dejas con mis sueños
y tú con ellos.
Porque pervive
la esencia de tu alma
en mis recuerdos.
Y quedas tú,
llamándote mis labios
y corazón.
Rafael Sánchez Ortega ©
30/05/20