Envuelta en nubes de algodón,
lágrimas como lluvia bendita.
Cobijaron en tus brazos
Caritas risueñas y alegrías.
Besando rodillas raspadas
corazones rotos
espíritus derrotados,
luchando hasta la madrugada.
Curando con tu llanto
fiebres amanecidas.
Compañera incansable
de noches frías.
Trajiste al mundo a tu sangre
criaste espíritus libres
aprendiste a volar en sueños.
Dejaste tu vida para tomar en tus manos la mía.
Las palabras no alcanzan
ni regalos ni maravillas
sentir nuestro corazón en un abrazo
te colma de alegría
¡¡¡gracias mamá!!!
nací de ti y de tu alma
gracias mamá…
por darme tu vida.