LA CIUDAD VACÍA
Hoy la ciudad está vacía; sus paredes blanquecinas me dan la bienvenida. El viento la recorre buscando una alma cansada para darle frescura desde la ensenada.
Donde estás habitante cantarino,
su bullicio no se escucha, ni la actriz del camerino.
Hoy recorrí sus calzadas antes llenas de alegría, pero sólo el quejido del viento me recuerda su herejía.
Las plazas rimbombantes
de mujeres y sus risas, lloran desdichada las ausencias descritas.
Busco la risa de los niños en sus parques y avenidas; sus voces celestiales es sólo un eco de recuerdos y sonrisas.
La ciudad me recibe silenciosa
cual alma callada; sus calzadas
desgastadas del esfuerzo cansino, lucen apagadas sin la
lumbrera del este.
Hoy la ciudad está suspirando, sus ventas ambulantes ocupan un espacio vacío.
¿Dónde están sus frutas y verduras?
¿sus clientes y su hastío?
La ciudad ya no es la misma. La recorro con ansia buscando
aquel café delicioso, pero mi alma
se estremece..¡ya no estás amado padre! ¡Hoy todo es vacío y delirio!
Oh recuerdos ingratos; mientras
pasaba con el féretro de tu cuerpo inerte traté de gritar ¿porque?.. ¿porqué? La parca abrió sus fauces, huella imborrable en mi débil mente.
La ciudad continúa vacía aunque
este llena de gente. Miro tus ojos
buscando el buen consejo; su último libro quedó a mitad del camino, ellos te acompañan, son tus amigos por siempre.
La ciudad ya no es la misma sin ti,
mi sol se apagó antes que llegara;
en la penumbra veo el rayo de esperanza; mi Dios te levantará del hoyo negro una mañana de primavera.
Entonces la Ciudad que tiene fundamentos verdaderos te dará la bienvenida; escucharás el coro alegre de los niños, la energía de tus jóvenes y el abrazo de tu familia.
Al fin..amado padre, Al fin..mi ciudad ya no estará vacía.
Johanny de Jesús
Cartago,Costa Rica.
Basado en Juan 5: 28, 29.
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