Canciones terribles
que salen del pecho,
del alma, del suelo,
del cuero sediento,
del cuerpo torcido
que busca sin tino
palabras de aliento
y en cambio consigue
solo sufrimiento.
Canciones que corren
sin parar siquiera
un solo momento,
nadie las consigue,
nadie las encuentra,
solo está el murmullo
de voces sangrientas
que producen miedo
de rayo y tormenta.
Canciones que escribo
con odio y con rabia,
con broncas dormidas
que no traen nada,
recordando el día
que te conocí,
perdiendo en mi alma
horas vagabundas
guardadas por ti.