Coyuntura …
Mi lasciva mirada, recorriéndote sin pena,
contorneando tu figura; queriendo ver mucho más.
Repite su locura, porque sonriente me anima,
con actitud descarada, esta confianza serena.
¡Que dos gemas!
Brillan en tu rostro, iluminando tu piel morena;
quemando mi entendimiento, entre primitivas rimas.
De otro idioma tu acento; cuando con palabras mimas,
son de mi voluntad claustro; de mis deseos cuna.
¡Benditos karmas!
Que olvidaron etiqueta, entre esas rosas del jardín;
bajo el estrellado cielo y su luna muy curiosa.
Nuestras bocas inquietas, buscando del sabor botín.
¡Ambiciosas!
Irracional nuestro celo, incesante nos acosa;
nuevo placer nos deleita, en interminable festín.
Complaciendo todo anhelo, plenitud animosa.
¡Instintos en motín!
Rendición fogosa.
Continúan en la mansión; diplomático evento;
afuera vivida unión; el memorable momento.
José.-