Nelly Castell

No tiene nombre

Algo sin nombre

 

  Angustia ante el desacato

del mal echor con arapos,

llamándole señor

¡ qué miserable traidor!  

 

Que la providencia proclame

ante un infierno en llamas

y duerman en el suelo

poniendo la dignidad en eterno duelo.  

 

  No existe la piedad en la cama

el sexo puede ser bandolero.  

 

Dónde está el paraiso, el prometido,

si bajo el alero se esconden los bandidos

desnudos o vestidos de dios, mensajero.  

 

No creo, no puedo aplaudir

si cuando escucho oir,

es una antorcha en ruinas

y dicen por ahí, las malas lenguas,

violador increiíble.  

 

Que siguen y seguirán

exterminando la verdad,

que la crueldad se pone al revés

la corona de santidad

 

 

y nunca, nunca, nunca

  esto que por nuestro interior te corroe

y elimina quedará... como farol prendido

en cada consciencia sin esquinas.

llamándoles dogma o doctrina.  

 

No se sabe qué material costruyó

la plataforma mundial que nos sostiene

por la que todos equivocados caminan y se mantienen.  

 

Somos marionetas guiadas, dirigidas,

en marcha nupcial fúnebre de uno en uno,

puede ser dos a la vez no somos dueños de nuestras vidas.

Llamándome cobarde después.