Algo sin nombre
Angustia ante el desacato
del mal echor con arapos,
llamándole señor
¡ qué miserable traidor!
Que la providencia proclame
ante un infierno en llamas
y duerman en el suelo
poniendo la dignidad en eterno duelo.
No existe la piedad en la cama
el sexo puede ser bandolero.
Dónde está el paraiso, el prometido,
si bajo el alero se esconden los bandidos
desnudos o vestidos de dios, mensajero.
No creo, no puedo aplaudir
si cuando escucho oir,
es una antorcha en ruinas
y dicen por ahí, las malas lenguas,
violador increiíble.
Que siguen y seguirán
exterminando la verdad,
que la crueldad se pone al revés
la corona de santidad
y nunca, nunca, nunca
esto que por nuestro interior te corroe
y elimina quedará... como farol prendido
en cada consciencia sin esquinas.
llamándoles dogma o doctrina.
No se sabe qué material costruyó
la plataforma mundial que nos sostiene
por la que todos equivocados caminan y se mantienen.
Somos marionetas guiadas, dirigidas,
en marcha nupcial fúnebre de uno en uno,
puede ser dos a la vez no somos dueños de nuestras vidas.
Llamándome cobarde después.