“Un diccionario es lo mejor/ para entender lo que no hemos aprendido./ Busca tú lo que es el amor,/ que yo buscaré qué es el olvido”.
¿Qué hacer cuando no sabes qué hacer?
Sientes que el pasado ya no quiere irse,
que no estás preparado aún para perder,
y el amor destinado a vivir parece morirse.
Un abrazo se hace simplemente inalcanzable,
los sueños recurrentes ahora lucen imposibles,
eres hoy tu propio juez y te declaras culpable
y tus excusas te suenan hasta ilógicas, risibles.
No es muy frecuente verme recurrir a la bebida,
pero igual con mis poemas pienso y me aturdo;
trato de buscar algún motivo lógico en mi vida
y entiendo, que lo lógico sin ti es un absurdo.
No me agrada en casos así jugar a la ausencia,
es que a veces el juego en el amor es prohibido;
deseo olvidarte y que inocente sea mi sentencia,
pero por ninguna parte se ve aparecer el olvido.
La nostalgia grita que quiere ser protagonista,
pero partes de tu historia en mi alma aún pesan;
no sé si el eco en repetir ciertas palabras insista,
a veces los recuerdos entre sombras regresan.
De nada vale retractarse ante palabras dichas
ni arrepentirse ante los hechos ya consumados;
el destino tan implacable ha movido sus fichas
y en este juego sólo nos queda lanzar los dados.
Y que sea en definitiva, el azar el que decida
cuál será al final para este amor la suerte…
el camino de la luz, del perdón, con olor a vida
o el sendero del olvido pestilente a muerte.
Original de Álvaro Márquez
Caracas, Venezuela
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