Ese día al despertar
antes de desayunar
todos sonreían.
Papá dijo
voy y vuelvo,
compró en el almacén de la esquina:
300 gr de cariño, 200 de amabilidad,
mucha alegría, una pizca de sal y pimienta,
demoraba,
mamá decía ¿qué le habrá pasado a este hombre?
tocaron a la puerta,
mamá corrió a abrir,
era un vecino,
su, su marido está ahí en el suelo
lo han atropellado
mamá fue al lugar
al verlo muerto
se cortó la yugular,
mientras sus dos hijos miraban por la ventana,
más tarde el mayor,
mimado e hipersensible,
también se quito la vida.
Hoy ya en la senectud,
puedo decir sin asomo de culpa
por qué yo pude salir adelante,
pequeño, me pregunté,
cuál es mi responsabilidad en estos hechos,
ninguna,
los amé,
sí,
entonces, sigo,
si bien me une un lazo indisoluble,
no fue mi elección,
sólo me suicidaré cuando tenga una razón
para ello,
enfermedad terminal,
culpa en un incidente imperdonable,
atisbo de demencia,
en fin.
Después de esta larga existencia
en que nada de lo que sucede
en el mundo
lo he causado yo,
cuento cuentos.
...