Salí de Macondo hacía la gran Urbe
Era necesario
Saberme ser humano
No eclosión de incertidumbre pueblerina
Llegué siendo y no siendo alguien
Adentrándome en las callejuelas
De un mundo superior
Donde había espacio para todos
Sin darme cuenta
Que era otra expulsada de la vida
Sin magia ni palancas
Fui de sitio en sitio
Reclamando mí estrella
En la lógica de lo absurdo
Ser original y no copia
De ese mundo fascinante
Que abría sus alas a mi diestra
Así transcurrí condenada a fantasma
Sumando y restando instantes y desvelos
En un eterno afán por olvidar
Mi orfandad
Y mi estatus de indigente
Atrapé musas en silencio
Publicadas solamente para mí
Totalmente desheredada
Y sin un manifiesto de reciprocidad
Por parte de los gentiles de mi misma estirpe
También deambulé unas veces como payaso
Otras como misionera de ese punto inexacto
Donde todos llegamos
En un viaje seguro hacia la nada.