Mi cabeza está vacía,
allá arriba desde el cielo
los gansos pasan volando,
van buscando la comida
gritando desesperados
anunciando su pasada
mientras me miro las manos
que no atienen a crear
poemas que me entretengan
volcando un amor amargo
entre renglones en blanco
que relleno por milagro.
Mi cabeza tiene mucho
de palabras sin sentido
que se apilan en mi frente
antes de hacerlas jugar
y escribirlas alineadas
para poder concretar
la ilusión de poner juntos
sonidos efervescentes
que me permitan soñar
para poder componer
versos que pongan sentido
a la hora del querer.