Desconcertado,
el hombre se detiene.
El niño llora.
¿Qué es lo que pasa?,
-el hombre se pregunta-
Nadie responde.
Solo el silencio
responde a la llamada
tan angustiosa.
\"Silencio, dime,
aclara mis ideas
y mi razón\".
No entiendo nada
de todo lo que ocurre
y me rodea.
Porque me ahogo
con tanta incertidumbre
y sin razón.
Allá, a lo lejos
hay ecos y murmullos...
¡Es la resaca!
Nadie te escucha,
la vida está vacía
de contenido.
Y tú, payaso,
de niños y poetas
sigues llorando.
Rafael Sánchez Ortega ©
01/06/20