William Pérez Mederos

Me pregunto, me pregunto.

 

Comenzaron las historias, las mariposas saltando en una panza dormida.


Yo que hago me pregunto, dándome miedo al comienzo, me pregunto luego pienso, si tengo yo tiempo ahora, de dar lugar a la aurora que sobre mí va viniendo.


En esa lucha constante de no querer y volver, yo me pregunto otra vez, si el lenguaje de mi voz tiene sonido también.


El espejo que responde, como aquel que quiere herirme,...... “no te hagas tan humilde que disfrutas el momento\";  Y yo molesto, le observo: ...¿de qué vivo?.. ¿De la flor, como la mariposa lo hace, de su néctar y olores? ...Y el responde: ...Vamos, eso a ti te satisface.


Como hipócrita que vuelve, andadas de payaso, yo no sé si soy el falso, o ese vago habitual, lo que sé, que es esencial, escribir para alegrar, para canalizar ansiedades tan difusas, amarguras muy confusas, que me hacen profanar, el oficio de escritor que un día,  quisiera lograr.
Impotente el que me escucha, se pregunta el también .....¿esto provecho tendrá?.


Yo solo encojo los hombros, y doy la vuelta soñando con bicicletas y motores, que me achiquen el camino, sin olvidar compromisos, que ahora hemos querido.