Paulina Dix

Ya no me consuelan

Es tan grande el dolor que las letras ya no me consuelan, es tan grande la herida que la música perdió su color, es tan cruel la vida que me castiga con más tiempo; pesar, suplicio, tortura, es todo lo que brota de mis entrañas es un cimbrón de pesares.

En mi gruta húmeda y solitaria se propagan los ecos de los llantos y los suspiros afónicos envueltos en recuerdo.

Cierro los ojos y todo lo que veo son calles oscuras que ya no visito, la banca del parque donde nos despedimos, la iglesia que siempre odiaste, la taberna donde te desahogaste. 

Dos mil trescientos setenta días han pasado, las solas letras ya no me consuelan. Se agita mi mente y evoca tu nombre, tu aliento, tu deseo, tus ganas de ser, de sentir, de placer, de éxtasis. 

Vociferan dentro de mi los tormentos y lo único que hago es quedarme en mi gruta.

 

Paulina Dix