Flotando a mi derecha algo insondable
mi vértigo lo observa por la izquierda
y alzado me mantengo sobre un cable
que más parece un hilo que una cuerda.
La fe de mi equilibrio es inestable
e ingrávida, tu voz, me lo recuerda
en medio de una altura inabarcable
dispuesta a que su \"nada\" me remuerda.
Camino por encima de ese espacio
surcando en solitario aquella arista
que antaño, alguna vez, nos hubo unido.
Sin pértiga y sin red ando despacio
y al modo de un sutil funambulista
te busco en un alambre suspendido.