Mis queridos amigos,
estimados lectores,
poetas míos.
La razón por la que escribo esta noche,
casi de madrugada,
es que no pude pegar un ojo
y, en cambio, la conciencia me desveló a trompadas.
Fui por desierto amargo buscando una palabra
que cupiera en mis versos azotados de ira
y, una pared de escombros se me cayo al estómago
luego que los recuerdos me aflojaran el cuore.
-Debe ser la culpa- me converse a mi mismo.
Yo me sentí ridículo hablando con mi sombra
que frente a mi, en espejo, se ponía las medias.
Ella se fue llorando
yo ni puedo soñarla.