El caos me abrazo con la llamada,
sucumbiendo a la oscuridad me doblegaba,
mientras la figura de su arte acariciaba,
asfixiando mis pensamientos ingreso.
Mi cuerpo estremecido entre los días,
en las brasas frías derretía,
las hileras de la piel que recubrían,
la causa y consecuencia de un error.
Invocando al sonido preguntaba,
porque el eco me ignoraba,
como cual bestia maullando me encontraba,
mientras asfixiado me decía adiós.
Su despedida siniestra en garras frías,
punzaron el pecho de la mentira,
y al ver como surgían solo cenizas,
agradeció que el caos me llevara al dolor.
\"Buscar el caos para un adiós\"