En Bellas Artes, una mujer embarazada pide dinero sentada con mirada triste agitando un vaso gastado de crema Alpura vacío. Un grupo de adolescentes pasan al lado de ella sin voltearla a ver.
Enfrente de una iglesia, debajo de una escalera de piedras, la mujer está acostada tapada por cobijas junto a dos indigentes. La mujer grita y su cara demuestra que está sufriendo dolor. Con ayuda de los indigentes, la mujer da a luz a un bebé que nace con una camiseta de futbol puesta: la camiseta dice “Chicharito”. Los indigentes miran al bebé sorprendidos.
La mamá lleva con un chamán a su hijo. El chamán está haciendo una limpia, pero la interrumpe viendo al niño con asombro. Le dice a su cliente que se retire. El chamán llama al recién nacido “Tanok” y predice que se casará con Pau Peña, la hija de un futuro presidente.
Tanok ahora es un adolescente y lleva puesta su camiseta del Chicharito que ahora es bastantes tallas más grandes. Con un cubo de Rubik en la mano, observa con la boca abierta a Paulina Peña en la televisión de plasma de su casa de lámina. Su mamá le da un zape para que reaccione y le sirve el desayuno. Tanok termina de armar rápidamente su cubo Rubik y come lo que su mamá le sirvió.
Enrique Peña Nieto lee su horóscopo mientras desayuna y lee la profecía de un joven con playera del Chicharito que se casará con su hija. Escupe el cereal con leche, sorprendido.
Tanok está entre el público del Zócalo mientras el presidente Enrique Peña Nieto da el grito en el Palacio Nacional. Tanok mira expectante a Pau Peña, quien no voltea a verlo desde el balcón presidencial. Tanok intenta gritar y hacerle señas, pero sus gritos se pierden con los de la gente y Pau nunca voltea. Tanok se rasca la cabeza y saca un láser de su bolsillo. Apunta a los ojos de Peña Nieto y dibuja un falo en su frente. Peña voltea enojado y luego sorprendido hacia Tanok. Le susurra algo a su guardaespaldas y señala la camiseta del joven.
Un agente de seguridad mete una bolsa con marihuana en el bolsillo de Tanok y lo esposa argumentando que trae droga. Es llevado al Palacio Nacional y entregado de rodillas a Peña Nieto, Gaviota (su esposa) y Pau Peña. Tanok le pide al presidente la mano de su hija y Peña Nieto amenaza con quemarlo. Gaviota, conmovida, le pide una oportunidad a su esposo para el joven. El presidente piensa unos segundos y le dice a Tanok que tiene que ir a El Infierno a quitarle dos cabellos de oro a El Diablo si quiere la mano de su hija. Tanok besa la mano del presidente, se levanta de un salto y sale corriendo del Palacio Nacional. Pau se queja y dice que nunca se casaría con él, pero nadie la escucha ni la toma en cuenta.
Tanok saca su celular y busca en Google Maps la ubicación de El Infierno. En su pantalla aparece un bar en Neza y una advertencia que dice que la única ruta para llegar es mediante un microbús.
Tanok sube al microbús, que lo lleva hasta El Infierno; mete su mano al bolsillo y se da cuenta de que no tiene dinero. El chofer le dice que le da chance de viajar gratis si en el regreso le explica la razón de por qué está condenado a manejar siempre en la misma ruta.
En la entrada del bar, el cadenero no deja entrar a Tanok porque no cumple con la imagen que el bar quiere dar. Tanok se retira, decepcionado, pero ve que gente con cámaras y luces entran apurados por la puerta trasera. Tanok saca su celular para fingir estar en una llamada y entra en medio de los camarógrafos, gritando y apurándolos. Dentro del bar, Tanok se separa de los camarógrafos y camina hasta el fondo del lugar, encontrando a un señor sentado de piel roja con cabello negro y rayos güeros. El señor se hace llamar El Diablo y hace un desafío abierto a la gente del bar a un duelo que consiste en vencer al contrincante tomando cerveza. Tanok acepta el desafío, se sienta frente a un vaso lleno de cerveza y lo toma completo. Al notar que El Diablo ya estaba alcoholizado, comenzó a acercar el vaso a su boca, sin tomar, mientras El Diablo tomaba cerveza, distrayéndolo haciendo preguntas. Tanok le pregunta a El Diablo por qué solo una persona está encargada de ser el chofer para la ruta hacia el bar. El Diablo le responde que el microbús está embrujado y solo tocando el volante cambia el chofer designado para el camión. Tanok continuó fingiendo tomar en el desafió hasta que El Diablo cayó dormido. Le arrancó tres cabellos dorados y recibió el premio del concurso: el respeto del bar. Tanok metió el respeto a su mochila y salió corriendo del bar.
Tanok le promete al chofer del microbús que le revelará cómo dejar de ser chofer cuando lo deje en el Palacio Nacional. Tanok le cuenta lo que le prometió y se escapa antes de que el chofer pudiera detenerlo.
En el Palacio Nacional, Tanok le entrega los cabellos de oro al presidente y le presume su bolsa llena de respeto. Peña, emocionado, le pregunta dónde consiguió tanto respeto y sale corriendo al microbús al escuchar que por ese medio es la única manera de llegar al bar.
El chofer del microbús comienza a llevar al presidente al bar, pero suelta el volante mientras acelera. Peña corre hacia el volante y lo toma antes de que el camión choque. Peña frena enojado y el chofer se baja alegre del camión. El presidente intenta perseguirlo, pero no puede salir del microbús.
Tanok se casa con Pau y usa su recién adquirido respeto para hacerse presidente.