Me levanté con un poema
entre los labios de mi mente
desnudo y semidormido
y revolví el universo
en busca del tiempo perdido
de alguna carta que hablara de nosotros
una canción escrita en el otro polo de Verne
ese que atravesamos en el insomnio
para pasar de ti hacia mí y de mi hacia ti en segundos
en el subterráneo del recuerdo
Donde bailamos, bebemos, besamos el yo nuestro
y nos dividimos en compases de música
en el vértigo de la noche
y la melancolía del inconsciente
El diario del escritor vouyeur
Fue así que sacudí todos los libros
los acurruqué en el suelo de mi habitación cósmica
y los puse en orden celeste de este a oeste de sur a norte y de centro a interior
para hojear entre sus páginas tu olor
en busca de nuestra misma, única y distinta
página del tiempo
aquella escrita antes de aquel milagro
cuando aquella mianuestra estrella naciera
aquel día en que nunca más amanecería el sol en tus cabellos lunáticos
lejos de la brisa de mi parpadeo​
porque me zambulliría en tus ojos de galaxia sin nombre en un espiral eterno
Alma no revelada antes ni contemplada nunca así en su misterio redondo y profundo