Alex Pasquín

EL HIDALGO NAVEGANTE

Caminante errante soy
por los mares de la tierra.
El aire es energía sublime
del viento transparente.


Tierra donde la haya,
allende los mares me cobijo.
No busco la tierra
sino por su agua fresca.


Caminante errante,
hidalgo navegante;
busco la aventura perdida
por el caballero andante.


Cien mares quisiera ver,
siete se quedan cortos.
Muchas son las vidas navegadas
y muchas las aventuras terciadas.
Para ser lidiadas en sólo siete mares.


Mar, luz, viento, calor, espuma.
Sublime locura, razón de existir.
Y quién se atreva a borrar un día,
los pasos navegados y las estelas trazadas.
Batiré en duelo, con timón y escota a mano.


Hidalgo navegante, soy y seré
un caminante errante.
Y quien diga lo contrario:
¡Miente!
Mas antes huyo de mi mismo
que de mil cadenas borrascosas.
Es más la fuerza que llevo dentro,
que los huracanes y tifones de cien mares.
La jarcia del amor me mantiene erecto,
ante los avatares de la vida tormentosa.


Al hidalgo navegante, dejen paso.
Y denle donde hinque el diente.
Que no busca posada,
sino fortaleza de coral amurallada.
Donde dar descanso a las velas
que han de lidiar las lides
y aventuras de cien mares.

 

Álex Pasquín