la vocación del péndulo
cascabel de los segundos
me encuentra inerme
entre las hojas duende
que quiebran los sonidos del oro
lamo lenguas talladas en ventisca
corazones usurpados
donde el pálpito diferido de los pétalos
escucha la obsesión de la niebla
por apresurar el trino
sea la rima velada del aliento
de criaturas extintas
maniatadas a la columna estéril del cielo