Freddy Kalvo

Historia de amor

 

Vivían enamorados

dos hermosos tortolitos

sus amores alentaron

los amores de dos mirlos.

 

Sus dos almas se anidaron

en medio de la montaña

las tormentas y sus rayos

el amor no deformaban.

 

Las nubes los cobijaban

como embozo de algodones

divisando espesa danta

florecida al horizonte.

 

Amanecían cantando

junto a tiernos ruiseñores

para su amor refinarlo

al trinar de sus canciones.

 

Así vivían felices

aleteando en el viento

esquivando tantos buitres

expertos en mataderos.

 

Una mañana de invierno

con el pasto humedecido

como tortolito lerdo

bajó al césped muy quedito.

 

Cortaba flores contento

para alegrar a su amada

pero el buitre como astero

con terca maldad obraba.

 

El tortolito angustiado

intentó huir del carroñero

sin que pudieran pillarlo

y en el césped ¡yace muerto!

 

La tortolita esperando

el bello ramo de flores

se levantó muy temprano

observando los izotes.

 

Las lágrimas le rodaron

gota a gota entre las hojas

con su rostro demacrado

esa mañana brumosa.

 

Con su corazón contrito

presagiaba mala suerte

al no vislumbrar un signo

de su tortolito alegre.

 

Tortolita solitaria

¿Quién te podrá consolar,

con un ramo de guirnaldas,

en esta mañana austral?

 

Aquel canto entristecido

hizo las nubes llorar

llevándoles el aviso

al morir su barragán.

 

El dolor como una daga

se incrustó en su corazón

con sus alas agrietadas

su ventura destrozó.

 

La soledad fue su muerte

nunca más pudo volar

preciso era que muriese

de tristeza en su nidal.