Un jinete huyendo ciego, perseguido.
galopa incesante a través de campos yermos.
Tormenta que se desata abatiendo todo.
Ratas que de su cubil desertan.
¡Estampidos!
Truenos pavorosos que asustan al animal.
Relinchos que atraviesan la noche.
¡Rayos!
Laberintos luminosos instantáneos
marcando rutas macabras.
¡Jinete!
Nada te detiene.
Voraz deseo de llegar
al ignoto refugio de la Vida.
No sabes que al final
caerás en el abismo profundo
sima donde serás
una piedra más.
Marta Victoria Castro
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