ÚLTIMO DESTINO
El curso de la vida es como un viaje
imaginario uniendo los vagones
de un tren que no conoce otro lenguaje
de aquel que solo excitan los fotones.
Mientras marcha recoge del herbaje
hermanos o enemigos de aficiones,
personas que comparten el paisaje
de un camino repleto de estaciones.
Afuera está la gloria o es el karma
el reflejo que absorbe el peregrino
cuando empieza a escuchar signos de alarma.
En lo breve del paso lo genuino
es hacer cada tramo sin un arma
si al final en la luz está el destino.